La expresión de Rubí se volvió seria y dijo solemnemente:

—Estoy segura, y no hay absolutamente ningún error al respecto, porque ya hice las pruebas de ADN con mi madre. Esta vez, no hay margen de duda.

—¿Entonces la forma en que piensas resolver nuestro problema es usando tu identidad como princesa? —preguntó Marcus tras un breve silencio.

Aunque ya estaba mentalmente preparado, aún se sorprendió al escucharla decirlo tan abiertamente. Siempre había sentido que Rubí era diferente. Se había preguntado más de una vez cómo personas como Efraín y su esposa podían haber criado a una hija tan hermosa y elegante. Ahora, finalmente lo entendía.

El linaje de Rubí llevaba en sí esa nobleza y distinción innatas que la hacían diferente de la gente común.

—Yo no lo hice con esa intención —dijo Rubí rápidamente, sin saber lo que pasaba por la mente de Marcus—. Conozco mi identidad desde hace mucho tiempo. Antes no me atrevía a reconocerla porque le tenía miedo a Zoey. Quería volver solo cuando tod