—¿Mi padre realmente le hizo una prueba de ADN? —preguntó Zoey, mirando los resultados en su mano. Su voz temblaba, y su expresión era oscura y aterradora.
Zoey había conseguido una copia de los resultados con gran esfuerzo. Había estado tan pendiente de cada movimiento de su padre que decidió investigar por su cuenta; de otro modo, nunca se habría enterado.
—Sí —confirmó Weston, sin atreverse a decir más.
Zoey apretó los puños, recordando las advertencias de su madre el día anterior. Había sido descuidada. No debió confiar tanto en Arnold.
—La hermana de Arnold… encárgate de que no pueda regresar —ordenó Zoey fríamente. Solo después de que Weston asintió, volvió a mirar los resultados de la prueba.
Era cierto. Rubí resultó ser, en realidad, la hija biológica de su padre.
¿Qué debía hacer ahora?
Sabrina probablemente ya lo sabía, ¿verdad? Si no, ¿por qué habría visitado tantas veces a Rubí? Incluso los sirvientes lo habían notado.
Debería haberlo sospechado desde hace tiempo. Realment