Rubí, acompañada de Marcus, saludó a todos y luego se sentó a beber un jugo. La madre de Zoey habló brevemente con Serena antes de acercarse también a Tobías para saludarlo.
Serena, aburrida de estar sola, decidió acercarse a Rubí y le preguntó con una sonrisa educada:
—Señorita Gibson, ¿no trajo a su hijo?
Rubí, sorprendida de que Serena tomara la iniciativa de preguntar por Dylan, negó con la cabeza y respondió con una sonrisa amable:
—No vino porque ya había comido. No está muy bien de salud y no le gustan las fiestas.
Mucha gente en la alta sociedad sabía que Dylan padecía autismo, pero Rubí sentía que Serena, como su madre biológica, tenía derecho a saber algunos detalles.
Aunque Serena ya conocía la situación, no pudo evitar sentirse un poco decepcionada. Asintió suavemente.
—¿Es así? Parece muy inteligente. Si lo cuidan bien, seguro se recuperará y crecerá fuerte. Además, es un niño encantador.
Rubí sonrió.
—Gracias por el cumplido. A él también le agradas mucho.
Serena se sint