79. UN PACTO SECRETO
[SOFÍA]
El triunfo de Francesco aún late en cada rincón del paddock, pero la escudería ha decidido llevar la celebración más allá de los boxes: una fiesta privada en una de las discotecas más exclusivas de Las Vegas. Desde que cruzamos las puertas, el neón, la música electrónica y los efectos de luces nos envuelven como una ola de adrenalina pura. Mecánicos, asistentes y ejecutivos bailan, ríen y brindan, pero yo me siento atrapada entre la multitud y la sensación de que William nos sigue observando.
Francesco me toma de la mano y me arrastra hacia la pista de baile improvisada entre mesas y sofás VIP. Sus ojos verdes brillan con entusiasmo, mezclando la chispa de la victoria con una intensidad que me hace estremecer. El sudor de la carrera todavía se siente en su nuca a pesar de haberse duchado y cambiado de ropa, y la energía que irradia es magnética.
—Sofi, vamos —susurra, sonriendo mientras me coloca entre sus brazos—. Esta noche somos invencibles.
El ritmo de la música nos envuel