80. ESCAPAR DEL MUNDO
[SOFÍA]
Al día siguiente: 15 de noviembre
El sol apenas empieza a teñir de naranja las ventanas del hotel cuando Francesco me sacude suavemente. Su sonrisa todavía lleva rastros de la noche anterior, de la fiesta, de cada roce y susurro compartido entre la música y las luces.
—Despierta, Sofi —susurra, su aliento cálido rozando mi oído—. Hoy escapamos un poco… antes de Catar.
Abro los ojos y lo miro, todavía medio dormida, y siento un nudo de emoción en el estómago. Normalmente, después de una carrera, se va directo a la fábrica o a reuniones técnicas en Italia, como cada temporada. Pero esta vez… esta vez todo es distinto. Esta vez es solo él y yo.
El aeropuerto nos recibe con la frialdad habitual, maletas rodando, el murmullo de pasajeros y los flashes de fotógrafos que aún intentan capturar cada movimiento. Pero Francesco toma mi mano, suave pero firme, y me acerca a su lado, como si nos convirtiéramos en un solo escudo contra el mundo.
—Recuerda: somos solo una pareja de turistas,