Cuando su Alpha lo obliga a raptar a la hija de su enemigo, Kerr cree que logrará un puesto decente en su manada y lo hace, pero sus problemas comienzan cuando se convierte en el carcelero y único cuidador de la hermosa Vanya, y más pronto de lo que cree las líneas entre carcelero y amante se desdibujan. La rabia contra su humillante Alpha crece y la idea de retarlo se amontona en su pecho con los sentimientos que la mujer comienza a despertar en él ¿se dejará caer en tentación o sus sospechas de que Vanya lo está usando serán más fuertes? ¿Vanya logrará entender el momento en que cruza la línea entre estrategia y amor? Oscuras fuerzas se ciernen sobre ellos y entenderán tarde o temprano que lo que une el destino se queda sellado por siempre.
Ler maisLa observó desde las sombras, cubierto por la oscuridad y el silencio. La ciudad entera dormía bajo el más profundo y pesado sueño y él respiró profundo el aire fresco que le llenó los pulmones.
No quería hacerlo, de verdad que no quería, su manada nunca se había metido en esos tipos de problemas, pero los tiempos habían cambiado.
Será solo una mujer, a ver si eres capaz de hacer algo bien.
Por órdenes del alfa, tuvo que seguir a una mujer indefensa que bajaba las cosas de su auto lista para entrar a su casa, Kerr la observó de lejos metido entre la oscuridad del bosque que rodeaba la ciudad.
El viento cambió, y el aroma de la muchacha le llegó, era una mezcla extraña que Kerr no logró identificar de inmediato, como algo detrás del sudor, fresco y por alguna razón sintió remordimiento.
Sacó la fotografía que su Alpha, Víctor, le había dado y comprobó entre las sombras si era la misma.
Efectivamente era ella, con la piel pálida y la mandíbula definida, el cuerpo escultural y firme y la cabellera negra y frondosa que se extendía libre hasta su cintura.
No pudo evitar pensar que era hermosa, una escultura hecha a mano por un apasionado artista y no pudo contener el aluvión de pensamientos que se amontonaron en su cabeza, su creatividad le mostró imágenes de sus manos sobre el cuerpo esbelto de ella.
Sacudió la cabeza, tenía que concentrarse en la misión.
Dio un paso el frente, y luego otro y otro hasta que la luz de la luna y las farolas que iluminan la calle rebotaron sobre su cuerpo entero, y cuando ella reparó en él dio un brinco.
—¿Qué quieres? —le preguntó y Kerr tragó saliva, se vio asustada y sorprendida y mucho más hermosa de cerca.
— ¿Vanya Quiroz? —preguntó, pero no era necesario, claro que era ella. Los ojos verdes de la mujer se posaron en él y lo observó de los pies a la cabeza.
—Lo siento, no tengo tiempo ahora —le dijo ella, cerró de golpe la puerta de su auto y cargó con las bolsas que había bajado.
Kerr avanzó hacia ella, la tomó de la muñeca haciendo que las bolsas se le cayeran al suelo y un par de naranjas rodaron por la calle abajo.
Comenzó a llevársela arrastrada y aunque ella se resistió no pudo hacer nada con la sobrehumana fuerza de Kerr
—¿Qué eres? ¿Eres un vampiro? —le preguntó ella conmocionada al notar su fuerza — No tienes los ojos rojos —le dijo después comenzando a entrar en pánico.
Algo que le ponía a Kerr los pelos de punta fue la fascinación con la que la mayoría de los humanos había comenzado a adorar a los vampiros, el cine los tenía trastornados y él odió que admiraran más a un grupo de chupasangres fríos y esclavistas que a hombres que se podían transformar, literalmente, en lobos gigantes.
Se volvió hacia Vanya y la miró a los ojos.
—No todos los vampiros tienen los ojos rojos —le dijo con rabia, cómo los odiaba.
La muchacha tenía los ojos abiertos del miedo y por más que luchó no pudo librarse del agarre del hombre que la seguía arrastrando hacia el bosque que bordeaba la ciudad.
—¡Ayuda! —gritó ella, pero eran las dos de la mañana, cuando alguien bajara en su ayuda ellos ya estarían muy lejos.
—No te haré daño, será mejor si no te resistes —le dijo él cuando atravesaron los primero árboles del bosque —mejor compórtate porque Víctor te sacará los ojos si…—un muy fuerte dolor tras su cuello lo hizo soltar la mano de la muchacha y el sonido eléctrico tras su oreja lo aturdió por un momento y cayó de rodillas al suelo.
Vanya lo pateó en el estómago y corrió por el bosque con todas las fuerzas que le fueron posibles.
Kerr se preguntó qué clase de persona huía de una criatura del submundo entrando más en el bosque en vez de salir de él.
Se enderezó y acarició la parte del cuello donde la muchacha lo había electrocutado. Era una chica inteligente, Kerr escuchó que estudiaba para ser policía.
Se quitó la chaqueta negra de cuero y la colgó en una rama, era su favorita y no quería arruinarla, luego los pantalones, no quería llegar desnudo a casa.
Miró el punto fijo por el que ella había desaparecido y aspiró profundo, dejó que la fuerza de su lobo interno le llenara el cuerpo como una corriente eléctrica placentera y saltó hacia el frente.
Cuando cayó al suelo completamente transformado corrió siguiendo el rastro de la mujer, ese olor fresco que no lograba reconocer.
Sus sentidos maximizados al máximo le permitieron percibir también otro olor, sin duda de otro lobo y no lo reconoció, así que aceleró el paso y en menos de un minuto alcanzó a la mujer que en cuanto lo vio gritó de terror.
Kerr no pudo juzgarla, se topaba con un lobo negro de unos dos metros de altura que la miraba fijamente.
Él saltó sobre ella y la lanzó al suelo de una suave manotada, luego le apoyó la mano en el pecho para mantenerla quieta, era tan grande que le cubría casi todo el torso a la muchacha, ella gritaba, gemía y trataba de hacerle daño con el aparato eléctrico sobre el grueso pelaje, pero Kerr no sentía más que un pequeño cosquilleo.
Miró alrededor, no estaban tan lejos de la ciudad así que alguien podía venir si la escuchaba gritar, así que extendió la conciencia hacia ella.
—¿Me entiendes? — Le preguntó él por su mente. La chica no pareció entender sus palabras, pero dejó de gritar. Así que le quitó la mano del pecho, y solo un segundo después se puso de pie y salió corriendo hacia el bosque gritando de nuevo.
De un salto Kerr la alcanzó y de una manotada la lanzó hacia un árbol, pero no controló su fuerza y la muchacha cayó inconsciente al suelo.
Revisó sus signos vitales, los latidos de su corazón sonaron bien, así que la montó sobre su lomo y corrió por el bosque, tomó la chaqueta y el pantalón que había dejado en la rama y antes de irse percibió de nuevo el olor de otro lobo que merodeaba, así que se alejó a toda velocidad del lugar.
Esperó que de verdad Víctor apreciara que sí había logrado cumplir la misión, su manada era lo único que tenía en la vida y no quería ser el marginado que nunca había hecho nada por ella, pero ya no más, llevaba a la hija de su mayor enemigo como rehén y se sintió enérgico y optimista.
Sin el remitente controlando los drones, el ejército de Jábico había perdido el noventa por ciento. Kerr vio como los lobos se quedaron paralizados por un momento, como si algo dentro de sus cabezas hubiera dejado de funcionar, luego regresaron poco a poco a su forma humana y los puros que peleaban con los laboratorios huyeron hacia el bosque y fueros perseguidos y cazados uno por uno. En medio de la conmoción Víctor regresó a su forma humana y señaló a Kerr hacia atrás, y ahí, apretados unos con otros sin saber qué pasaba, estaban todos los miembros de su manada, los que habían desaparecido antes de que se escondieran en la fabrica y tanto él como el Alpha corrieron hacia ellos. Sebastián los acompañó y se unieron todos en un abrazo fuerte, muy fuerte. La manada de Bosque Oscura también recuperó decenas de sus soldados y a Víctor le faltaron brazos y besos para recibir a todos los miembros de su manada que volvían a casa. Por ellos había comenzado esa gran y compleja historia y Kerr
El viento ondeaba el cabello oscuro de Vanya, el nudo que tenia en el estómago nunca lo había sentido en su vida. Sintió la fuerza que el hijo que llevaba en su vientre le otorgaba y se unió a ella cerrando los ojos y respirando.Si su padre estaba controlando al ejército, no creyó ser capaz de convencerlo de que detuviera esa locura. Recordó cuando era niña, y las miles de horas que él pasaba en su laboratorio, ignorando todo a su alrededor, a su esposa, a su hija, todo por fundar los laboratorios que tanto daño habían hecho.Le pareció poético que fuera justo ella la que intentara detenerlo, él le había dicho una vez que todo aquello lo había hecho por ella, para darle un mundo mejor, y ahora era ella la que estaba volando por sobre las copas de los árboles apretando un arma con fuerza dispuesta a lo que fuera.Si Saúl y Jábico ganaba perdería todo en la vida, el submundo le había dado algo que la policía y su padre nunca le había dado, amigos de verdad, alguien a quien amar y un hi
Kerr se arrancó el dardo que tenía calvado en la espalda, se le habían ido las fuerzas del cuerpo y había caído al suelo al lado de su hermano, pero las fuerzas habían regresado sin sus poderes y le costó un poco ponerse de pie.Víctor estaba sobre su madre intentando asfixiarla, y la mujer ya tenía el rostro morado cuando él perdió las fuerzas y la dejó, tenía los ojos llenos de lágrimas y la voz rota.— Te fuiste — le dijo — te fuiste y ahora te atreves a volver así — la mujer tosió, Luana no parecía bien, tenía los ojos abiertos como si estuviera loca, tal vez así lo estuviera.Kerr abrió la tienda de golpe y se encontró con Lina y los niños que estaban acorrucados en el rincón, el pequeño Benjamín estaba desnudo y lloroso, de seguro le habían lanzado también un dardo. Cuando la mujer vio a Kerr se le lanzó encima y lo abrazó.— Sabía que vendrían — dijo — tengan cuidado, está armada — Kerr tomó a su pequeño sobrino en brazos, estaba pálido y él se quitó la camisa para cubrirlo.—
Todo el campamento se había convertido en un caos total, todo el ejército reposaba en el bosque en un área fácil de defender, pero el campamento junto al lago apenas y tenía unos cuantos lobos incluyendo a los Alphas. Los lobos espías que tenían en distribuidos por todo el bosque habían regresado alterados con la advertencia de que Jábico ya marchaba hacia su encuentro, y por más que Víctor intentó agilizar las cosas, parecía que todos, sobre todo la manada de Rodolfo, les era más importante los objetos materiales que la vida misma, ya que pasaban de un lado para otro empacando cosas y arreglando las tiendas y Víctor ya comenzaba a perder la paciencia. Encargó con los tíos de Aleck la protección de su esposa y sus hijos y esperó que a esas alturas ya estuvieran bien resguardados en las manadas, pero los demás parecían tener poca prisa por abandonar el campamento. — ¡Jábico ya viene! — gritó el Alpha a todos los que estaban ahí, pero pareció que nadie le prestó atención. Una mujer pa
El bosque lucía oscuro, más oscuro de lo normal, la noche había caído sobre el lugar como un manto de ceda fino. La luna ya esta en lo alto y cuando él se volvió hacia atrás observó al ejercito que tenía a sus pies. Lobos y puros que pelearían por la libertad del mundo del futuro.Al doctor Saul Quiroz le picaba como sal en la herida que su hija, Vanya, no hubiese sido capaz de entender su ideal de mundo, era débil al igual que su madre y el tiempo que había pasado con los lobos la había ablandado aún más. Pero él ya había ignorado demasiado el llamado de su destino y esa era la última oportunidad que tenían de cambiar al mundo.Siempre manejó a los laboratorios Jábico desde las sombras, y odió el haber entregado el control apersonas estúpidas que lo único que hicieron fue destruir lo que él había construido a lo largo de los años.Todo debido a Marina, la mujer había creado el remitente original y desde ese entonces todo se había interpuesto entre él y ese objetivo, un niño puberto e
Aleck pensó que el arrebato que le había dado en la mañana podría costarle mucho, se había dejado llevar por la rabia y el ataque de intuición manipuladora que le dio, pero ya estaba cayendo la noche y Klemiska no aparecía para contarle cual era el plan que tenían, ni tampoco había podido ver a Sebastián. La muchacha le pudo haber arrancado el mechón a su frio cadáver y eso lo asustó.Respiró profundo muchas veces y trató de meditar, la oscuridad estaba llenando el aire y de no ser por la sangre de Sebastián estuviera muriendo de hambre en aquel momento, pero era soportable.La puerta se abrió y Aleck trató de guardar la compostura cuando vio a la chica alada, tenía que seguir conservando la seguridad que había mostrado en su arrebato.— ¿Ya es hora? — le preguntó él y ella asintió con la cabeza, se veía insegura y el carácter que había adquirido el vampiro había desaparecido de ella. Aleck se puso de pie y caminó hasta los barrotes — Todo va a salir bien — le dijo y ella asintió — ah
Último capítulo