—Espero no te moleste que esté aquí.
—No, solo me preocupa que no pases buena noche por cuidar de mi.
—Despreocupate.
Víctor dejó de insistir y cerró sus ojos con la espera de que el dolor disminuyera. Pese a que intentó dormirse en el momento no logró hasta quién sabe qué hora, pero se había sentido cómo un parpadeo comparado con la realidad cuando despertó eran las cinco de la mañana. El dolor seguía presente, pero no era tan intenso cómo lo fue en un principio. Tomó su celular y tenía mensajes de Patricia de hace un rato preguntando cómo iban las cosas. Pensó en qué responder, él no quería preocuparse ni que tampoco lo viera así, por lo que optó por decir que todo había terminado bien, pero debía hacer un viaje de repente. Disculpándose por la promesa que le había hecho, pero que apenas regrese se irán a pasar un rato sólo ellos dos.
Miró por su habitación en el sillón cerca a la ventana estaba Rebeca dormida, se había cambiado el vestido. Traía puesto un pijama de pantalón color V