Los días avanzaron y con ello llegó el día de la reunión; era un día muy agitado dando los últimos detalles. Rebeca se había involucrado tanto que hasta ahora estaba en la casa observando que todo estaba en su lugar y que nada fallaba, supervisando cada nuevo cargamento que llegaba.
Durante estos días había estado algo ocupada con esto y la subasta; esto le ayudaba a mantener lejos su mente de los mensajes que su madre le enviaba. Aún persistía en que debía cancelar su matrimonio, que ella no estaba de acuerdo en que se expusiera a este peligro. Necesitaba que su hija recapacitara y que pensaran en otra forma de pagar ese dinero sin tener que entregarse a cambio.
Su padre, por otro lado, le dice que no deja que las palabras de su madre la alteren, si era posible que por ahora ignorara los mensajes hasta que pudiera pensar en algo que les ayude a calmarla y así baje la guardia con respecto al matrimonio.
—Señorita, ya tenemos todo listo…— Galo informa al momento que han terminado de or