En el jardín seguían Víctor sentado con sus padres; les había contado del acuerdo que tenía con Rebeca y para ellos había sido una total decepción que en realidad no estaban juntos.
—¡¿Cómo que no están juntos?!
—Mamá, fue un trato, pero está bien porque lo llevamos de buena forma.
—Es una pena, se ven muy bien juntos…— Cuestiona su padre. — Deberías abrir los ojos de una vez por todas y dejar a Patricia, esa mujer no te traerá nada bueno.
—Oigan, por favor, deja a Patricia fuera de esto. Sé que no es de su total agrado, pero ella los aprecia y es la mujer que amo.
—Esa mujer no te fortalece, solo te debilita…— Protestó su madre ante sus palabras.
—No es cierto.
—Hijo, solo decimos que tal vez deberías mirar más allá.
—Basta, la amo y no pienso dejarla.
A sus padres solo les queda suspirar de frustración, en un principio pensaron que sería algo de la juventud y que cuando él tomara el mando analizaría que ella no era la correcta para regir a su lado.
—A todo esto, ¿Dónde está Rebeca?