Es temprano, y ellos siguen envueltos en las sábanas. Tocan a la puerta tres veces y Víctor reacciona, da la orden de pasar y Lidia abre con cuidado mirando a sus espaldas de que nadie venga detrás de ella.
—Señor, buenos días— Ella había ido a la habitación de Víctor y de no encontrarlo ahí supuso que estaría aquí, pero no pensaba encontrarlos en esa situación.
—¿Qué sucede?— Pregunta sin abrir sus ojos.
—Patricia está abajo esperándolo, dijo que usted le había hecho una promesa.
Víctor maldice al recordar que habían quedado en ir a la pequeña casa de campo de Patricia, lo había olvidado y ahora ella había llegado hasta acá para irse juntos.
—Maldita sea, ya bajo. Por nada del mundo dejes que suba.
Lidia asiente y se retira cerrando la puerta. Víctor mira a Rebeca que está dormida entre sus brazos, ella abre los ojos y sonríe ante la situación. Imagina lo caótico que habría sido si Patricia hubiera subido para encontrar a su adorable novio en su cama.
Rebeca no dice nada y se retira