TODO HA SIDO SACRIFICIOS POR AMOR.
Lyra se sentó junto a Kael sin decir palabra, simplemente lo observó en silencio. Él, con evidente torpeza, llevó la taza de té a sus labios.
—Kael… dime, ¿qué está pasando? —preguntó con la voz baja, notando cómo sus manos temblaban ligeramente.
—Mi vista ha ido empeorando con los días —respondió con un suspiro—. Ahora necesito usar lentes, aunque no sirvan de mucho.
—¿Qué? —Lyra palideció—. Eso es imposible. Tú habías recuperado la vista por completo. ¿Qué está ocurriendo?
Kael acarició su mejilla con ternura, y le ofreció una sonrisa que tenía más nostalgia que consuelo.
—Eso no importa ahora. Lo único esencial es que tú estés bien.
—Kael, no digas eso. Vamos al médico, debemos revisar qué te está ocurriendo, no puedes perder la vista de nuevo… no después de tanto.
Ella desvió la mirada, angustiada. Sabía lo que implicaba que kael hubiera sabido su promesa a la Luna.
—Claro que iremos —respondió él—. Pero solo para revisar cómo estás tú.
—No tiene sentido, Kael. Yo voy a morir pron