SAWYER
El aire en la habitación pesa.
Cada bocanada de aire que intento tomar me quema los pulmones, como si el oxígeno tuviera memoria y recordara que lo estoy desperdiciando.
Frente a mí están ellas… las tres mujeres que más amo en la vida: Lucy, Poppy y Quinn.
Quisiera poder congelar este instante, aunque sea un recuerdo triste, porque algo en mí sabe que después de esto ya nada volverá a ser igual.
Lucy le toma la mano a mi hermana y le sonríe con una dulzura que me destroza. Quinn, aunque agotada, le devuelve la sonrisa.
Hay un brillo en sus ojos que reconozco, el mismo que tenía cuando éramos niños y planeábamos escaparnos al lago en pleno invierno solo para probar si podíamos caminar sobre el hielo.
Ese brillo de vida que no se resigna. Solo que ahora está apagándose, centímetro a centímetro, respiración a respiración.
Las miro en silencio y me duele el alma. Daría cualquier cosa por haberlas tenido así más tiempo.
Por verlas reír juntas, burlarse de mí, hacerme sentir c