Estaba tratando de convencerla, tan poco a poco que no se diera cuenta de sus pretensiones hasta que fuera tarde. Ese era su plan, pero Emma estaba poniéndoselo demasiado difícil.
—Tengo grandes amigos que no me han dejado sola y me ayudarán lo que necesite —le contesto, consciente de lo excelentes personas que eran y la gran suerte que poseía al tenerlos.
—No permitiré que te vallas, tenlo por seguro —le respondió enseguida y siendo más tajante que nunca al respecto.
—Tú ten en claro que aré lo que necesite y quiera, y tú no podrás hacer nada para evitarlo. Bastante estoy haciendo ya con acceder a que convivas con él siempre que lo desees y sin restricción alguna, como para ahora tener que adaptarme a tus exigencias. Después de todo, no eres nadie en mi vida como para detenerme —le dijo con firmeza y es que estaba cansándose de él y su actitud.
—Claro que lo soy, soy el padre de tu hijo —le recordó a la defensiva y es que le dolieron sus palabras.
—Exacto, eres el padre de mi hijo y