Una vida que ha tenido grandes batallas donde conquistó destacadas victorias, una mujer que ha derramado lagrimas como también sonrisas. Madelin atravesará grandes decisiones en su vida, momentos que marcan un antes y un después, el secreto mejor guardado de la madre de Madelin sale a luz, ¿Podrá lidiar con eso? Calvin su esposo le engaña por momentos con Úrsula su prima lejana, quien ahora visita la casa más a menudo, una amistad y confesiones hacen la antesala. Madelin descubre en una visita médica que su salud decae como su mismo corazón decae ante los embastes de sus propias mareas. Madelin toma una gran decisión, pues el tiempo es importante y vital para gastarlo en lo único que podrás tener, días maravillosos. Las decisiones que tomamos marcan la vida de otros, y es que reconciliarse con la vida en sí, no es fácil, pero quien dijo que es algo imposible. Su hija Pamela aprenderá una lección que le llevará a elegir un destino diferente. Fuertes emociones, lagrimas, dolor, flores secas y marchitas, secretos, mentiras y amor, forman parte de esta nueva entrega de la Colección Todo tiene su tiempo. Disfruta una nueva historia cargada de sentimientos, emociones que pueden tocar la puerta de tu alma. “Y ante una tumba fría solo resta colocar unas frías flores, mirar al vacío y llorar de dolor, o sencillamente sentarse debajo de los árboles para recordar los días maravillosos”
Ler maisLa tasa del café aún conservaba el calor, los panes estaban rellenos de queso y jamón listos para ser empacados en la bolsa de papel e introducidos en la pequeña lonchera de mano. La ensalada era de verduras, pollo asado y un postre complementaban el almuerzo de Calvin, estaba revisando el periódico algo molesto, la propiedad había sido subastada antes de lo previsto, la señora Delie, había hecho un mal arreglo, su oferta había sido mejor, con las mejoras y remodelaciones sería una hermosa propiedad, la ganancia no estaba nada mal ciento cincuenta mil dólares, pagaría la comisión a Candela la astuta y sagaz mujer que trabajaba desde su llegada a Victoria Texas, una linda y agradable ciudad, donde Calvin tenía su oficina principal.
Viajaba con regularidad a Houston donde tenía su otra oficina, la señora Wallis era la encargada de atender los clientes, en sus inicios era desde la casa de Wallis, precisamente desde su garaje, ella no había colocado objeción alguna al respecto, ya que eso colocaría pan y leche en la mesa para sus dos hijos.
Ahora tenían una pequeña oficina cómoda, y agradable donde atendía los clientes que llegaban buscando alguna propiedad para rentar, o comprar.
Calvin había iniciado como vendedor alrededor de quince años atrás, recién llegado a Texas las cosas no habían sido fáciles, pues en su pequeño pueblo no había tantas oportunidades.
El asunto fue que con mucho trabajo, ahínco e ilusiones lograron comprar su propiedad, Madelin trabajaba en la oficina de correos de la ciudad, llevaba unos veinte años en general, había iniciado en su ciudad natal Denver, allí conoció a Calvin, se mudaron a su ciudad, tenía una pequeña casa, sus padres habían fallecido dos años después de su matrimonio con ella, así que la propiedad fue un poco remodelada, para alquilarla y ellos tomar un rumbo nuevo a Texas, Victoria una bonita ciudad pequeña y agradable en la cual se habían sentido a gusto.
Aunque intentó en varias ocasiones quedar embarazada no fue del todo exitoso, cuando ya no tenía esperanzas, llegó Pamela a sus vidas.
Ahora era una linda jovencita de 16 años, que estaba por ingresar a la universidad, en poco culminaría sus estudios, le esperaba una buena oportunidad, el buen tío Elmer y su esposa Karen habían ofrecido su hogar en Austin para que la joven viviera con ellos y continuara sus estudios, quería estudiar Biología marina y Madelin sabía que lo lograría, era una aplicada estudiante.
Madelin respiró hondo, le había comentado a Calvin de las sobresalientes notas de Pamela, por lo cual le había dado el permiso para el paseo escolar a una hora de allí, sería un campamento para jóvenes de fin de semana, siete profesores, el director, la psicóloga y varios padres de familia acompañaban el grupo, actividades deportivas, competencias, ejercicios y charlas harían parte de su estadía. Calvin continuaba absorto en su periódico sin prestar mucha atención, algo dijo que, si estaría un fin de semana fuera, pues no había nada que hacer, por él, no hubiera acudido a ningún campamento donde los chicos solo fumarían marihuana, y tendrían todo tipo de desacato.
-Calvin, no me escuchaste verdad, es un campamento organizado por el colegio, con apoyo de la iglesia, no habrá marihuana, ni dramas pasionales, estarán muy ocupados, además hay varios concursos, pero no me atiendes porque tu periódico es mucho más importante-.
-Te seria bien entender que debo estar al día de las novedades, o crees que con tu salario solamente mantendríamos esta casa, y los demás gastos…pero que sabes tú de negocios, solo puedes opinar de tus cartas que todos los días cuentas, y no sé qué más cosas importantes soluciones en tu estafeta de correo-. Frunció su ceño con enojo, sacudía su página de sociales para hacerla a un lado.
-La economía es mi interés, o que está sucediendo en el congreso, pero asuntos de campamentos ocúpate tú, para eso eres la madre-.
-Lo tengo claro-. Madelin respiró para tomar una bocanada de aire y levantarse, tomando su paquete del almuerzo miró su reloj y se marchó a su trabajo.
-Por cierto, Madelin, llegaré algo tarde, después de diez, me reuniré con Candela y Rigo, haré un presupuesto para la remodelación de la casa que compré ayer, es una gran ventaja que el banco me abra la puerta cada vez que requiero efectivo para un negocio-.
-Si muy interesante-.
-Es supremamente interesante, bien, para que hablar contigo de negocios, es como que tú me cuentes de una carta de defunción, no es importante para mí ¿O sí?
Ella escuchaba las palabras frías de Calvin, por lo que no se dió a la tarea de contestarle nada, mejor callar, cualquier cosa que opinara o dijera sería una gran estupidez para él.
Calvin tomó su almuerzo, observaba todo ordenado de manera extraordinaria, si así fuera Madelin para la economía y los negocios que maravilla de mujer. Pero no lo era, y a cambio de eso, poseía un espíritu apacible, sereno, siempre apuntándole que debía serenarse antes de actuar, como si ella fuera perfecta, única e intachable. Solo era una trabajadora conformista en una estación de correo.
El auto iba a una prudente velocidad lo que pudo lograr que ella reaccionara a un perro que ahora se hacía a la carretera impidiendo que ella pasara, por suerte el freno hizo lo suyo a tiempo, era un hermoso perro dálmata, parecía perdido o quizás abandonado.
-Ven, eres una hermosura…veo que estas agotado, cansado y extraviado…piensa Madelin…piensa rápido-.
Se atrevió acercarse a paso tranquilo, el animalito estaba cansado, y agotado, por suerte era muy noble, ante su acción de atenderlo, él le lamia la mano, se echaba a sus pies y emitió unos ladridos bajos.
Madelin tomaba agua de la botella que siempre traía con ella, buscó un vaso que tenía a la mano y echó agua, el can se animó al tomarla rápidamente, la miraba con ojos tristes.
-Bien amiguito veamos de quién eres, le echó una mirada al collar, el nombre Mai estaba grabado y junto al nombre un número telefónico.
-Es tu día de suerte amigo, vamos. Arriba-. la puerta del auto se abría y ahora Mai tomaba asiento con mucha reverencia.
-Veo que eres todo un ejemplo a seguir, bien vámonos, te dejaré en el jardín, estoy segura que no harás ningún daño, cuidarás las flores, y si en la noche no logro que tus dueños lleguen por ti, te traeré a casa, total el jardín es bastante amplio, podrás entrar en casa una vez que llegues para que veas mi casa, pero…cuando llegue Calvin irás al jardín, tengo un lugar que está techado, y te hare un lugar cálido para dormir, te va gustar mucho-.
Parecía que Mai estaba de acuerdo porque se sentó con mucha comodidad, dando dos ladridos, para guardar silencio.
Madelin llegaba a su lugar de parqueo, abriendo la puerta Mai descendía del auto, caminaron a paso tranquilo, ella abría la pequeña verja que daba acceso al jardín, era un día soleado, pero justo había un árbol, verde grama y allí le llevó para que se quedara.
-Iré por comida, siempre hay algo para cuando llegan algunos amigos tuyos a solicitar alguna buena miga-.
Entrando saludaba a sus compañeros, tenía quince minutos, no era habitual para ella llegar sobre la hora, hasta media hora antes ya estaba en su trabajo, al menos allí era un ambiente que salia de la monotonía de cada día. Mai se acomodaba en el verde césped y después del agua y alimento, se dispuso a dormir. Como le habría gustado a ella hacer lo mismo en ese instante, tumbarse boca arriba y dormir tan profundo que nada la lograra despertar.
Hace tiempo que Calvin era alguien desconocido, la pregunta que ella se hacía no era una sola, eran muchas, porque sentía la profunda decepción de la vida, en puntualidad la de ella.
Los hilos de su vida se estaban rompiendo poco a poco, apenas si podía hacer malabares en las pocas hebras que quedaban. Era como si caminara en una cuerda delgada, templada y a punto de caer ella en un salto al vacío.
En ese momento marcaba su tarjeta, se despedía de Louis, para tomar su turno, un café fue colocado en su puesto, lo bebía y disfrutaba, si al menos así fuera en casa, disfrutar de las cosas de la vida.
Esa noche tomaría un buen chocolate en casa, de pronto y de la nada chocolate vino a su mente, se sentía cansada, y el cansancio era de su alma, de su corazón, de sus sentimientos y emociones. Le gustaría pedir unos días, quizás dos o tres para estar en casa, en cama bajo cobijas, mirar la televisión o sencillamente ir al jardín y recibir el aire que sus plantas le daban, todos los días para ella eran iguales, , la vida estaba corriendo veloz, los días para ella se habían convertido en una monotonía, y con los días vendrían cambios, verdades y muchos argumentos. Madelin sonrió feliz, aun eso le quedaba la felicidad que su corazón podía albergar, esa nada ni nadie se la podía arrebatar.
Llegó a casa, y preparando su chocolate lo tomaba con serenidad, mirando las estrellas y observando como Mai le miraba con aquella sencilla mirada. Una mirada tierna y un gesto amable.
Las luces del jardín se encendían, el día había declinado por completo. Misha y su hermana debatían sobre la habitación que asignarían para el señor Leroy y su esposa. Al final, se inclinaron por la habitación de la primera planta, al fondo del jardín. Leonard les había contado que la señora Moss era amante de los rosales. Se sentiría como en casa.Mumi se unió a ellas en la cocina para tratar un tema. Estaba molesta y a punto de estallar.-Esperaré a que Leonard llegue; pienso marcharme, pero no me guardaré nada: ¡lo odio! -. Cruzó sus brazos con enfado.-Querida, no veo necesidad de que emplees tu tiempo en odiar a mi sobrino. Él nunca jugó con tus sentimientos. No veo motivo para que armes todo un alboroto… El señor Leroy estará aquí con su esposa de visita. Espero que te comportes-.-No tengo que guardar apariencias. Quiero una explicación de parte de Leonard-.-Pero él te lo ha dejado claro: no está enamorado de ti-.-Claro, pero se enamoró de una pueblerina, una aparecida de la
La mirada de Iris se posó sobre Fred, intentando mantener la calma, sus palabras deberían sentirse sinceras y con un toque de tristeza.-Fred, quisiera hablar contigo, una plática de amigos ¿Quieres una copa de vino? También tengo…-.-No, muchas gracias señora Iris-.-Me gustaría mucho que Rick terminara sus estudios, es una ilusión que tengo, como padres anhelamos lo mejor para nuestros hijos, es el motivo que me impulsa a contarte algunas cosas sobre Rick…. Él suele tener momentos en que se ilusiona, así estuvo cuando se enamoró de esa chica…eh…Marín…hubiese sido la compañera ideal, estudiada, adinerada, su familia es fantástica…cualidades que me encantan…-.-Entiendo, queda claro que posee muchas cualidades-.-Es perfecta Fred, la persona que mi Rick necesita…quiero ver a mi hijo feliz, con un hogar, formando su familia. Imagino que Rick sueña con tener hijos, yo estaría orgullosa de él… ¿Sabes que piensa Rick al respecto? -.-Si, hemos hablado del tema, siempre me dijo que no quie
Después de almorzar y compartir platos deliciosos, Rob proponía ir a la terraza, desde allí se podía apreciar el atardecer, la ciudad poco a poco se iba iluminando.La señora Fresno elogiaba el postre de Kimi, y ella a su vez, expresó que era realmente, era la tía Loly quien debería llevarse los elogios.-Loly, gracias por deleitarnos con tus especialidades-. Iris intentó ser amable con su hermana.-Me lo enseñó papá, le gustaba comerlo los domingos en el jardín, papá era un excelente repostero, lo echo de menos, estaría feliz con la boda de Archie, la casa se siente vacía sin él-.Todos se miraron entre sí, la ausencia del abuelo era notoria, causaba nostalgia en la familia, los ojos de Loly se llenaron de lágrimas que no pudo contener.-Tía, no estés triste, iremos a visitarte los domingos, comeremos esta delicia contigo-. Archie sonreía mientras le daba un abrazo.-Creo que nunca le gustaron las visitas inoportunas, por eso nunca estuve un fin de semana en casa, para no incomodar-.
Kimi miraba por la ventana esperando la llegada de su hermano Rick en compañía de su pareja. Primera vez que los dos estarían en un evento familiar. Archie le enseñaba a su padre algunas fotos de la nueva casa. Estaban haciendo un trabajo magnifico, quedaría hermosa. Iris expresó el deseo de darles una mano con la decoración, de hecho; les daría un bodegón para el comedor. Se acercó a su hijo Archie mientras le abrazaba y entregaba un sobre.-Mamá no es necesario-.-Es mi regalo, es para que lo gastes en lo que desees, una casa nueva siempre requiere muebles nuevos-.Su nuera agradecía el gesto, indicándole que sería bien utilizado.La señora Fresno ingresó en el salón anunciando la llegada de Rick y Fred.Los dos avanzaban por el verde césped, Iris lanzó una mirada discreta, por suerte su hijo no le había tomado de la mano a Fred, eso le daba algo de tranquilidad. Supo disimular su molestia, al ver el rostro feliz de su hijo al ingresar con Fred. Kimi saltó al cuello de su hermano.-R
La luz del exterior se colaba por los pequeños espacios de las cortinas que permanecían cerradas. La tía Misha tocaba la puerta de la habitación de Madelin.-Creo que duerme aún…iré a ver a Leonard-. Avanzó algunos pasos hasta llegar a la habitación de Leonard, esperó por varios minutos, pero no obtuvo respuesta alguna.-Al parecer duerme profundamente… lo cual me hace pensar que el paseo de anoche fue largo-. Dicho esto, su sonrisa iluminaba su rostro. En el interior de la habitación Leonard y Madelin dormían profundamente.Habían paseado por la ciudad hasta altas horas de la madrugada, una caminata por la playa y después copas en el balcón, entre besos y sentimientos que los envolvían.Madelin después de recostarse en su hombro y balbucear algunas palabras, dormía profundamente, motivo que le hizo llevarla hasta la cama y cubrirla después de retirar su calzado. Leonard pasó algunos minutos en silencio apreciando su rostro…satisfecho con verle dormir serenamente, se dormía al lado de
Rick y Fred tomaban sus equipajes para ir directo al hotel donde se hospedarían esa noche, querían descansar, hacer algunas compras antes de continuar con su viaje, sus hermanos les estaban esperando con ansiedad. Archie se casaba en unos días, motivo por el cual los querían reunirse y ultimar algunos detalles.Cenarían en casa un día antes de la boda, Kimi haría la cena como un detalle para los novios, era sabido que los familiares de Rob llegarían en el transcurso del siguiente día. Iris había manifestado el deseo de reunirse en algún salón, pero Rob prefería la casa, la terraza estaba recién remodelada, brindaba un espacio cálido y acogedor, muebles cómodos, techo en madera natural, lámparas colgantes, una gran ventana en madera en la pared izquierda perfecta para contener la brisa, un comedor, la barra y el espacio donde se encontraba un horno y la parrilla. Iris había hecho colocar una chimenea al fondo, cortinas colgantes con lazos dorados, y un pequeño bar.Era el lugar perfect
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