Madelin caminaba por el amplio pasillo de la clínica acompañada de Edna, solo tendrían que esperar tres pacientes para su turno. Podían ir por un café y alguna galletita, estas eran una completa tentación para Madelin.
Edna hacia el pedido conocía de sobra los gustos de su amiga, las galletas estaban recién salidas del horno y el olor a coco, canela, vainilla, inundaba todo el lugar. Madelin miró su reloj, estaba segura que en pocos minutos le llamarían.
-Edna, gracias por este exquisito café, las galletas son cortesía-.
-Es grato saberlo…-.
Caminaron sonriendo hacia la sala de espera y tomar sus lugares, la enfermera ingresaba al consultorio, al cabo de diez minutos invitaba a Madelin a seguir.
-No tardaré-.
-Entraré contigo de ser necesario-.
-Quédate tranquila, es solo una cita de rutina-.
-Eso dices siempre-.
-Porque siempre es así…creo que quieres controlarme y no lo permitiré-. Le miraba con aquella seriedad…para después soltar una risa que logró hacerle escupir el café a Edna d