CAPÍTULO 90 – Escenarios y silencios
Gabriel había terminado de revisar los últimos avances del día, pero su mente estaba en otro lugar. Miró el reloj y sonrió apenas. Isabella debía estar por llegar. Había insistido en que fuera ella quien lo pasara a buscar, aunque sabía que no le gustaba ir a la construcción.
No lo hacía por simple comodidad. Su pedido tenía un propósito más profundo, casi estratégico. Quería que Alex los viera juntos. Quería borrar cualquier ilusión, cualquier duda que aquel hombre aún pudiera tener respecto a Isabella. Quería dejar en claro —sin palabras— que ella era su esposa, su vida, y que entre ellos dos no cabía espacio para fantasías.
El auto blanco de Isabella se detuvo frente a la entrada principal. Ella, elegante y sobria como siempre, lo esperaba en frente del auto.
Gabriel ajustó su casco, se sacudió el polvo del pantalón y caminó hacia la salida. Mientras lo hacía, su vista se cruzó fugazmente con la de Alex, que se encontraba al otro extremo de la o