El motor rugía en la carretera, el sonido constante llenando el espacio, mezclándose con la respiración tensa de Lysander.
La noche era un velo espeso sobre el camino, las luces del vehículo cortando la oscuridad con destellos fríos, revelando el asfalto marcado por las huellas de neumáticos que aún parecían recientes.
Evender mantenía los ojos en el mapa digital, su expresión tranquila contrastando con la rigidez de Lysander, cuyos dedos se apretaban con fuerza alrededor del volante.
—Los rastros indican que el vehículo tomó la carretera principal —murmuró Evender, su voz baja, analítica.
Lysander no apartó la vista del camino.
Su mente estaba demasiado ocupada procesando cada fragmento de información, demasiado enfocada en reconstruir el recorrido exacto que habían tomado con Asteria.
Cada segundo que pasaba hacía que la posibilidad de encontrarla disminuyera.
Pisó el acelerador.
El auto respondió de inmediato, el impulso haciendo que la imagen de los árboles