¿Había ido por ella? Selene parecía no lograr comprender del todo las palabras de Zander, aquellas que parecían lo más de normal mientras él tomaba asiento en su silla y observaba los documentos en su escritorio y mostraba una pequeña sonrisa, como si viese algo que le divirtiera.
―¿Ocurre algo? —Zander levantó la mirada, sus ojos verdes se encontraron con los suyos, y Selene tuvo que luchar consigo misma para no caer a sus pies al instante, mientras él solo bajaba la cabeza por instantes y sus ojos se concentraban en algo en particular en su escritorio.
La foto con su esposo, aquella que había sido puesta por el anciano de los Nikolái, solo para demostrar ante todos que Selene era una mujer casada y al parecer en busca de que ella tampoco lo olvidara.
Después de todo su esposo se había marchado luego de casarse, por lo que tal vez podría olvidarlo, incluso ella lo hacía cada que compartía la cama con el hombre que estaba frente a ella.
Y olvidaba que eso de tener un amante o ser una