Parecía ser que los días habían pasado como una tortura. Su padre la había llenado de trabajo, y ella no había tenido más opción que trabajar hasta el cansancio.
Aquel día sería el inicio de la fiesta de camping.
Estaba segura de que su hermana y su esposo ya estaban en el lugar y que ellos serían seguramente los que conseguirían la licitación y con ello el divorcio por fin se podría dar.
La verdad era que, si ellos conseguían la licitación y con ello el permiso del divorcio del anciano Nikolái, no le molestaba para nada.
Ella se desharía de ese hombre inútil y problemático y con ello iniciaría con todo lo que necesitaba para conseguir vengarse de su familia e incluso de Víctor Nikolái.
―Señorita, ¿está segura de que permitirá que su familia le quite semejante oportunidad? —Selene observó a su secretario, un hombre de aspecto sencillo, pero todo un genio, alguien que había conseguido tener todo gracias a su inteligencia.
Pues desde el instituto, Dylan Ford y Selene habían sido compañe