Hugo
Son las 00:47.
No consigo dormir.
Estoy en mi sala, luces apagadas, solo la luz azul de la pantalla de mi computadora como una luz de noche maligna. Una revista de derecho abierta frente a mí, que no leo. Un vaso de agua, intacto. Mi teléfono boca abajo sobre la mesa.
No lo he tocado en una hora.
Intento resistir.
Y, sin embargo.
Sé lo que hay.
Lo he sentido. Como una tensión en el aire. Como una falla bajo mis pies.
Ella ha enviado algo.
Y me estoy perdiendo.
Doy la vuelta al teléfono. La pantalla se enciende.
Una notificación.
Dos.
Y su nombre.
Joder.
Respiro profundamente. Me levanto. Doy dos pasos. Regreso.
Quiero mantenerme racional. Estructurado. Impermeable.
Pero nada en mi formación, nada en mi trayectoria, nada en todas las conferencias o los protocolos ha previsto nunca a Nora.
Desbloqueo.
Y el mundo se desmorona.
La primera foto se abre.
Borrosa.
De espaldas.
Ella.
En un espejo.
Silueta desnuda, cabellos en cascada, so