Capítulo 109
Amaneció de nuevo.

Abrí los ojos lentamente, esperando encontrar su figura cerca, tal vez en la cama donde lo vi la noche anterior. En el sofá reclinable. Pero no estaba. Miré hacia la puerta del baño. Nada. Ni un ruido. Ni su voz.

El corazón me dio un vuelco.

Me incorporé con dificultad, sentí un leve mareo y un vacío extraño en el pecho. ¿Se había ido? ¿Así? ¿Sin decir nada? ¿Después de todo lo que me dijo, de sus caricias, de sus susurros al bebé? ¿De nuevo iba a abandonarme?

Pero justo cuando la ansiedad comenzaba a apretar en el centro de mi pecho, escuché pasos. Ligeros. Medidos. Se abrió la puerta.

Y no era Fabián.

—Hija —dijo mi mamá, con los ojos algo hinchados—. Por favor, no te alteres.

Mi papá entró detrás de ella, con esa seriedad que lo caracterizaba, pero con los ojos húmedos. Sentí un nudo formarse en mi garganta.

—Fabián nos contó —agregó él—. No creas que las cosas estén bien con él, no lo están, pero eso ahora no importa. Lo importante eres tú.

Me q
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App