Capítulo 60 – El Perdón Bajo la Luna
El mar murmuraba en voz baja, como si las olas, al romper suavemente en la orilla, guardaran un secreto que solo la noche podía entender. La arena, todavía tibia por el sol que se había ocultado, acariciaba los pies desnudos de Nayara con una calidez que contrastaba con el frío de su corazón. Y la Luna, suspendida en lo alto del cielo, parecía haber descendido un poco más cerca, como si quisiera presenciar ese instante que tenía el poder de cambiarlo todo.
Nayara no se movió cuando Gael se arrodilló frente a ella; simplemente lo observó, inmóvil, con esos ojos verdes que eran capaces de romperle el alma con apenas un parpadeo. El silencio se extendió como un velo entre ambos, cargado de recuerdos, de culpas, de preguntas que nunca habían sido respondidas.
—Te escucho —dijo al fin, con una voz firme, aunque en su interior el caos rugía como una tormenta. Parte de ella quería huir, desaparecer en la inmensidad del bosque, olvidar que alguna vez lo