Capítulo 60 – El Perdón Bajo la Luna
El mar murmuraba en voz baja.
La arena aún estaba tibia bajo sus pies.
Y la Luna… la Luna parecía haber bajado del cielo solo para ser testigo de lo que iba a pasar.
Nayara no se movió cuando Gael se arrodilló frente a ella. Solo lo miró.
Con esos ojos verdes capaces de romperle el alma con un solo parpadeo.
—Te escucho —dijo, finalmente. Su voz era firme, pero en su interior todo era un caos. Parte de ella quería huir. Parte de ella… quería abrazarlo.
Gael tragó saliva. Tenía la boca seca, pero el corazón empapado.
—No vengo a pedirte que olvides.
Sería estúpido de mi parte pedirte que borres todo lo que hice. Lo que dejé que te hicieran.
Vengo a decirte… que ya no soy ese lobo cobarde.
Nayara entrecerró los ojos.
—¿Y qué lobo sos ahora?
—Uno que se rompió.
Uno que te buscó cada noche en el silencio de la manada.
Uno que entendió, tarde, que el amor no se construye solo con caricias, sino también con lealtad… y que yo