El reloj marcaba las 8:45 de la noche.
El aire dentro del gran salón de conferencias de Force Corporation era denso, cargado de expectación y murmullos. Afuera, una multitud de periodistas se amontonaba tras las vallas metálicas, gritando preguntas, cámaras en alto, micrófonos listos, mientras la lluvia comenzaba a caer, pegando los flashes contra los cristales del edificio como una tormenta eléctrica.
Los miembros del equipo de seguridad intentaban mantener el orden.
Había periodistas de moda, de política, de farándula, y hasta noticieros internacionales. Todos querían una sola cosa: la verdad detrás del escándalo que había estallado la noche anterior.
Los titulares ya daban la vuelta al mundo:
“Prometido de Nara Smith, el diseñador Nathan Force, en romance prohibido con el hermano menor de su futura esposa.”
Las redes estaban inundadas de teorías, memes, insultos y defensas apasionadas.
Había quienes lo llamaban traidor, otros lo llamaban valiente. Pero nadie estaba indiferente.
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