DALTON
Siempre pensé que un flash era un símbolo de reconocimiento. De alguien que era importante en la sociedad, pero nunca pensé que mi momento de fama, terminaría de esta manera. La silueta misteriosa desapareció entre los árboles y ni siquiera lo pensé dos veces.
— Hijo de la cabra loca —. Murmuré con la mandíbula apretada porque el espíritu de iniciar una persecución me estaba invadiendo. No podía dejar que esa pu**ta foto saliera a la luz por el bien de Lía— ¡Vamos! —le solté a Lía, apretando su mano.
Ella me miró como si estuviera loco, pero no dudó ni un segundo. Corrimos, primero con fuerza, luego solo con voluntad y pura torpeza. Mis mocasines se llenaron de tierra al primer brinco. El tacón de Lía se atascó en la primera raíz de uno de los árboles del parque.
Pero ni eso nos detuvo.
El tipo dobló por el sendero del parque y lo seguimos a toda velocidad. Sentía el corazón golpeando en la garganta, no sabía si por la adrenalina o por el miedo a lo que esa foto podía significa