Baldassare
«Contigo todo es intenso».
Intenso desde que la conocí.
—Te pongo tan nerviosa que pierdes el balance —bromeo.
Ella se voltea y, sin darme tiempo, se hunde en mi polla.
—¡Joder! —gimo, y me pierdo.
No hay Bal paciente. Estampo mi boca en la suya. Los dientes chocan por el impacto, y al separarme comienza a cabalgarme. Es una vista increíble. Sus pechos saltan, y llevo uno a mi boca.
—Las necesidades siempre van primero —susurra rebotando.
Me recuesto en la tina y la ayudo a subir y bajar. El agua se aparea con nosotros, derramándose con cada movimiento. Azzura clava las uñas en mis hombros, y su boca abierta, llena de jadeos, me la bebo como si fuera mi botella de alcohol. Se desploma y cede el control. La subo y la bajo con potencia. Sus paredes vaginales me ahorcan, y se corre después de apenas dos entra y sale. Tira de mi cabello y grita:
—¡Baldassare, mi peccato!
Me corro con intensidad y la acerco por la nuca a mi boca, necesitando contacto con ella de todas las formas