Baldassare
Entro al gimnasio Stella sosteniendo la mano de Azzura. Neri cubre mi espalda y Terzo nos abre el camino. Nos acompañan también: Amerigo, Narciso y la chica hongo. Los demás se quedaron en La Roca.
En esta ocasión no oculto mi identidad. Al contrario, me muevo con naturalidad y les muestro de lo que soy capaz de hacer por mi famiglia. Las personas se retiran con cada paso que damos en sincronía, y a nuestras espaldas se oyen sus murmullos.
Escaneo el local y me complace ver que el jefe falso cumplió. Ver que siguió mis indicaciones y que se mueve solo es satisfactorio. Tenemos personal nuevo, y en la entrada nos recibieron los de seguridad.
Me fijo que los ojos de la Gazzella se desvían hacia el ring.
—Le pusiste rejas —añade sin mirarme y se detiene.
—Imaginad por quién las mandaron a poner —tira pulla mi primo.
—Para proteger su bonito trasero —comenta Terzo y mira por encima de su hombro.
No somos amigos, pero por Azzu nos toleramos.
Azzu nos ignora y continúa embobada o