Itala
—Es el Don abuelo —confirma mis sospechas Azzu, mostrándole la pantalla a Bal—. No quiero hablar.
Hunde sus hombros y se gira hacia el lente.
—Estoy en una transmisión.
Le da a la pantalla, silenciando el sonido, y guarda el celular como si fuera liviano como un mosquito.
—Don abuelo, llama cuando quieras la paz —ataca Azzu, y Bal le devora la boca con un beso.
Kenta y Terzo se acercan.
El líder del clan Corvi arrastra ligeramente una pierna; la herida de bala aún le roba agilidad, pero no presencia.
Se ubican a los lados de Carmina, con las caras alzadas y asesinas.
Se ven amenazantes.
—El clan Corvi ha perdido —dice a la cámara con la voz contenida—, pero se ha creado del dolor una famiglia.
Azzura se acerca y sujeta su mano.
Me fijo en que Bal se mantiene quieto. Estoico.
La tensión se le nota desde los puños apretados hasta la mandíbula apretada.
Está loco por buscar a su mujer, pero no le impide ser ella.
Neri se aproxima a su primo y le da fuerzas.
Merda, mis ojos no se pi