DIA SIGUIENTE
Sofía cerró el libro con un suspiro profundo. Se sentó sobre la cama, observando el reflejo de la luz que se filtraba por la ventana. Había estado leyendo sobre defensa personal, algo que le había recomendado la lectura del horóscopo esa mañana. Aunque no sabía si realmente lo aplicaría en algún momento, el solo hecho de pensar que podía tener algún control sobre su vida la reconfortaba un poco. No era mucho, pero era un comienzo.
El ruido de su teléfono vibrando sobre la mesa rompió la quietud del momento. A regañadientes, Sofía se levantó, miró la pantalla y vio que no era un mensaje urgente, sino una llamada perdida de Catalina. Por un momento, se quedó pensativa, preguntándose si realmente debía llamar a su amiga. Pero decidió dejarlo para más tarde. No se sentía con ganas de socializar. No hoy.
De repente, un leve sonido la hizo volver a la realidad. Se detuvo, escuchó, y notó que no estaba sola en el departamento. El eco de voces y risas le llegó a los oídos. Pensó