Vale. Te espero...
Fue el último mensaje que le escribí a Dante. Ya había pasado media hora, y yo estaba lista, sentada en la sala frente a la puerta esperándolo.
En el spa me hicieron de todo: exfoliación, masajes, depilación completa. Me aclaré un poco el cabello, un tono más suave que resaltaba aún más mi piel clara. Quería que Dante me viera distinta... más mujer.
Lo irónico aquí... soy yo, haciéndome estas cosas por alguien como él. Un hombre al que odiaba, al que temía... y hoy...
Es el mismo hombre que sueño tener entre mis manos. Suspiro relajando mi cuerpo en el sofá.
Una cartera costosa decoraba la mesa de madera. Mis zapatos, mi vestido de marca... y yo. Ni siquiera parecía yo. Me levanté caminando despacio y me tomé una foto frente al espejo.
No podía postearla... este teléfono solo funcionaba para él, como todo a mi alrededor.
Con cada minuto que pasa y él no entra por esa puerta, mi corazón se estruja amargamente.
"De tantas personas... ¿Por qué tú?"
De entre tantos que