Me hospedé en el hotel donde, justamente, estaban los hijos de puta que iba a asesinar. Al lado de una de sus habitaciones. Mis hombres ocuparon otras, estratégicamente ubicadas para acorralarlos.
Marco lo había preparado todo. No hacía falta hablar con él. Tenía intenciones de matar a esos malditos... y a él, tan pronto pusiera un pie aquí. Pero Enzo es su padre. Ya le dejé saber que lo sabía. Tal vez debí matarlo aun sabiendo que era su hijo, cuando él todavía no sabía que yo lo sabía.
Marco tiende a provocar. Sé que hizo que me diera cuenta a propósito. Como aquella vez que casi pierdo a Sol por su culpa... el día que me jodió la existencia al drogarme para arruinar lo que tenía con ella.
A él no le interesa Sol. Ya lo conozco. Pero con tal de verme enfurecido, es capaz de cualquier cosa. Y lo peor... es que lo logra. Siempre logra sacarme de mis casillas.
Me dejo caer sobre la cama. Hace frío. Tomo el teléfono y marco su número. El teléfono no sonó. Ella respondió demasiado rápido