34.Tiburones

En el silencio de la oficina había algo que no podía negar.

Había dejado de llover. ¿Acaso era eso una señal?

Brian me demostró que yo era su todo, contra todo lo que alguna vez fue para él. Llevó su mano con delicadeza a mi rostro y me dio un suave beso.

—Laurent, quisiera quedarme todo el tiempo a tu lado, pero tengo una junta importante —acarició mi mejilla con su mano—. ¿Me esperarás para cenar?

—Solo si me dejas escoger.

Él solo asintió y, tras arreglarse, salió. No pude evitar sonreír para mis adentros.

Brian.

Sí, ese Brian que me sacaba canas verdes.

Ahora… era mi novio.

Esa tarde me la pasé ahogada en tantos papeles que apenas pude respirar, pero no me importaba porque estaba con Brian. Caitlyn me envió uno que otro mensaje burlándose de que había caído por mi jefe, pero solo la ignoré. Leonard y Richard también se pasaron para “celebrar” nuestra relación, cantándonos la canción Mi mujer me gobierna, porque en solo un día ya estaba logrando que su hermano mayor hiciera cosas q
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
capítulo anteriorcapítulo siguiente
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP