47. Más refuerzos
CAPÍTULO 47
—No. Basta —Gladys se separa de él a los segundos. Aferrada a su camisa, acalorada, avergonzada de haber caído en sus juegos otra vez, una segunda vez, permanece en éste sitio. Lo único que se escucha es el sonido de sus respiraciones, presas en éste encuentro que cada vez se hace más difícil de controlar. Gladys mueve la cabeza—. No hagas esto otra vez.
—No —Juan Pablo le toma del rostro. Por lo acalorado que está un mechón de su cabello cae en su frente, y éste Juan Pablo la está aniquilando lentamente—, yo no puedo…ya no puedo más. Yo te necesito —lo dice desesperado, necesitado. Como si le falta incluso el aire—. No sabes cuánto.
Gladys vuelve a negar, controlando estos impulsos de su cuerpo de arrojarlo otra vez a su boca. ¡No puede! ¡No debería! ¡No debe nunca! La razón por la cual pierde es por la misma en la que elige.
—Si tú quieres estar conmigo —Gladys lo mira, azotada todavía. Su respiración sumamente frágil que apenas si puede recordar como era respir