117. Juntos
—Por el poder que me concede Dios y la iglesia, yo los declaro marido y mujer en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo —con aquellas palabras del sacerdote, la iglesia estalla en aplausos y silbidos.
Juan Pablo observa a su esposa con los mismos ojos de siempre. Y así, mirándose con ese resplandor que sólo se puede obtener del amor, del cariño y la felicidad, Gladys ríe cuando él finalmente la besa.
La reunión luego de la boda se lleva a cabo en la propiedad de las Bustamante, afuera al aire libre. Cuando llegan, la decoración que Priscila hizo a ocultas sorprende a Gladys hasta el punto de las lágrimas. No puede creer la tan hermosa bienvenida, lo cálido que siente, lo irreal de éste sueño. Esperanza está en los brazos de Juan Pablo cuando todos se han acomodado en las mesas, dejando el centro del lugar vacío para cuando los novios decidan bailar. Gabriel baila con Gladys en el centro, robando risas y aplausos.
—¡Eso es, pequeño! —Gladys le da media vuelta. Gabriel no p