114. El último en caer
La confesión de Ezequiel sorprende a todos. Gladys se lleva la mano a los labios, Priscila reprime un jadeo, Pedro observa con horror y Juan Pablo utiliza el bastón para ponerse de pie. Pero Ezequiel continúa con su sonrisa, como si no hubiese confesado esas semejantes cosas frente a todos. De lo más normal, hasta calmado.
—Estás bastante equivocado si crees que vas a salir por esa puerta creyendo que saldrás impune —gruñe Juan Pablo. Gladys se coloca a su lado, tomando su brazo. Una fuerte emoción ahora para Juan Pablo sería completamente perjudicial. Su marido no tiene intención de detener lo que siente ahora mismo. aprieta la mano en el bastón hasta volverla roja—. Llamen de inmediato a la policía.
—Eso no fue lo que pedí —Ezequiel se sienta, extiende los brazos y actúa de lo más normal, tanto, que hasta Gladys quien había permanecido sin decir nada por la impresión, frunce el ceño al verlo. Ezequiel continúa sonriendo—. Puedo brindarte toda información a cambio de una sentencia me