48. Más cerca que nunca
Esperanza duerme tranquilamente en una camita, mientras las dos mujeres la miran entre asustadas y alarmadas. Sobre todo Briseida, quien no volvió a tocar aquellos regalos hasta que la doctora Liliana llegó.
Liliana suspira y cierra los ojos. A Briseida le pide ya salir del cuarto. Ahora en la sala, es Liliana quien, con ligero temor vuelve a Briseida.
—¿Cómo era esa mujer?
—Muy fina. Muy linda. Llevaba un vestido que jamás había visto en mi vida. Se lo juro, doctora. Parecía muy amable —Briseida tiembla—. No entiendo por qué…
—Le pediré al guardia de seguridad que revise las cámaras. No salgas de aquí sin mí y tampoco sola con la bebé. Vamos a estar al pendiente de ella más que nunca, y si esa mujer vuelve a aparecer que no se atreva a hacer lo que estoy pensando. No lo dejaré pasar —Liliana habla. No quiere mostrar tensión o medio, pero es inevitable ahora que esto pase así. Así sin más—. ¿Ves lo que te digo? ¿Ahora crees lo que yo creo?
Briseida cierra y abre los ojos con