Rebecca encontró el amor donde menos lo imagino y Andros Bianco encontró a la mujer de sus sueños y mano derecha para seguir con su legado de mafia italiana, en la chica con el rostro mas inocente. ambos se embarcaran en un sin fin de emociones, sensaciones y momentos lujuriosos.
Ler maisLa cena estaba servida.Velas blancas, copas de cristal finamente tallado, un centro de mesa compuesto por lirios negros —los favoritos de Silvia— y una iluminación tenue que suavizaba las sombras, pero no la tensión. El restaurante entero había sido cerrado por orden directa de la familia Bovari. Esa noche, solo dos mujeres estarían sentadas frente a frente.Una, queriendo dominar.La otra, fingiendo que no lo haría primero.Isabella D’Amore.El nombre falso con el que Rebecca Di Bianco se había infiltrado en el mundo íntimo de Silvia Bovari. Una máscara perfectamente construida: inversora con raíces italianas, conectada con bancos suizos, amante del lujo discreto y con una mirada lo suficientemente fría como para parecer confiable en los negocios turbios.Silvia llegó tarde. No por descuido, sino por estrategia. Siempre lo hacía cuando quería que el otro se sintiera pequeño.Pero Isabella no era “el otro”. Isabella era una reina en la cacería.—Espero no haber hecho esperar demasia
La habitación estaba oscura, pero el brillo de la pantalla frente a Rebecca bastaba para iluminar el plano tridimensional de la mansión Bovari. Los puntos rojos marcaban cámaras, entradas secundarias, sensores. Los azules: vías de escape. Los verdes… puntos ciegos.—En tres días tendrás la primera reunión con Silvia —dijo Jones, apuntando al mapa—. Usarás la identidad de Isabella D’Amore. Inversora extranjera, aficionada a la moda, discreta, elegante y sin pasado en los registros de las mafias italianas. Giulietta ya preparó tus accesos y el capital ficticio.—¿Qué quiere Silvia en esa reunión? —preguntó Andros, mientras Rebecca sostenía su taza de café sin apartar la mirada de la pantalla.—Busca un respaldo para desplazar a su madre —respondió Giulietta—. Hay tensión interna. Donatella la ha mantenido siempre bajo control, pero Silvia quiere el trono. Esta reunión es para reclutar a gente con “dinero y agallas”.Rebecca sonrió.—Dinero tengo. Y las agallas me sobran.La madrugada an
El silencio reinaba en los pasillos ocultos del nuevo refugio subterráneo. Las paredes blindadas eran testigo de una paz tensa, de esas que anuncian tormenta. Las cámaras de seguridad ya estaban conectadas a un nuevo sistema —seguro, encriptado, y administrado únicamente por Rebecca, Andros y pablo, el hombre más confiable de la familia Bianco.O eso creían.Rebecca dormía con una de las gemelas en el pecho y la otra a su lado, mientras Andros observaba informes en la sala de operaciones. Todo parecía estar bajo control… hasta que la alarma silenciosa se activó.Una alerta interna. No una amenaza externa.Un acceso no autorizado al servidor.—Rebecca... despierta amor, algo pasa. —dijo Andros con la voz baja pero tensa, mientras entraba a la habitación con el rostro endurecido por la sospecha.Rebecca se incorporó de inmediato, alerta.—¿Qué ocurre? ¿Intentaron entrar?—No. Es peor. Alguien dentro del sistema trató de abrir los archivos sellados sobre la ubicación de nuestras casas, e
MAS CERCA CAPITULO XXI Baje a nuestro garaje y pensé que lo mas prudente seria ir en un vehículo sencillo, asi que tome una de las motocicletas, esta en particular tiene un motor y sistema demasiado silencios y apenas para la ocasión. Coloque mi celular en la base que tenía junto al tacómetro de la moto, llevaba armas y un cuchillo en la bota derecha y mucha esperanza de que encontraría a Andros y lo traería de vuelta a casa conmigo y las gemelas. ¿Mire la hora y ya llevaba aprox. Media hora de camino, estaba cerca y si no me equivoco, esta era una de las propiedades de la madre de Silvia, estaba mas que claro que lo que había dicho ese tipo era real, la familia Bovari era la encargada del secuestro de Andros, pero estaría Silvia involucrada en todo esto o lo habrán hecho por ella? O solo por el simple hecho del poder y estar cansados de ser los segundos en todo desde que Andros tomo el mando de la familia Bianco en cuanto a negocios y eso claramente a muchos les causó molestia, p
CAPITULO XX HAMBRE DE PODER II Me dirigí a mi casa después de eso, tenia que decirles a mis suegros quien había sido y hacerle frente a todo esto de otra manera, no era cualquier estúpido el causante de todo esto y quien tenia retenido a Andros, que, por su bien, espero que Andros siga con vida, por que de no ser asi, seria capaz de quemar todo el continente como venganza. Hola madre, como estas ¡Hija! ¿Que lograste encontrar? Lo que te voy a decir no es fácil, pero necesito que este padre aquí también y mi cuñado Esta bien, los llamare enseguida. Mientras todos llegaba a casa, me dedique a bañar a las gemelas conmigo en la tina, coloque sus sillitas de baño dentro, son tan hermosas mis pequeñas, se parecen tanto a su padre, como extraño a mi esposo, siento que ha pasado demasiado tiempo, te veo e los ojos de nuestras hijas cada día. Estando cambiando a las niñas, recordé el reloj, el llevaba puesto ese día el reloj que tenemos a juego. Recuerdo de cuando estaban en su luna d
CAPITULO XIX HAMBRE DE PODER Mis suegros estaba siendo un pilar importante en mi vida aquí en casa, fuera de casa yo era Rebecca Di Bianco, era implacable y temida por algunos, mostraba mi mejor coraza de espinas ante todos, no iba a dejar en ridículo el apellido de nuestra familia, la familia Bianco tenía que seguir posesionada en el poder de la mafia italiana y de los negocios hasta el regreso de Andros, porque si, aunque no supiera nada de él, yo sabía que él estaba vivo y que volvería, él no es un hombre que se rinda fácilmente, lo haría por su familia, por mi…. Por nuestras hijas. buenos días señora Bianco. Si, esto hacia parte de mi nueva realidad, vestida en traje de oficina y alta costura, hecho a la medida, día con día, resolviendo, creando, cerrando negocios. Ocupándome del lado oscuro de los negocios también, corte más una cabeza y varias pelotas para dar con información que me llevara a Andros. Casi seis meses de su desaparición, aparentemente seis meses puede parecer
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