Guadalupe Priego junto a su familia, salieron huyendo a otro país, de pronto se vio con gente diferente, un país distinto, un idioma que no hablaba. Después de algún tiempo a la corta edad de 19 años, termina casada con Massimo Pellegrini, nieto de Caterina Pellegrini, él no la ama, ella acepta casarse con él, porque esta perdidamente enamorada. Él se casó con ella por obligación, no por amor, un malentendido lleva su matrimonio a algo que se verá reflejado en un matrimonio lleno de infidelidades, maltrato y desilusiones. Después de algunos años, el matrimonio envuelto bajo la sombra de otra mujer, Guadalupe finalmente le pedirá el divorcio, a él le tomará por sorpresa y se negará a ello, pero un evento desafortunado hará que este llegue lo antes posible. Ella tal vez comience su vida nuevamente, amara a alguien más, será feliz, pero tal vez, esa felicidad tampoco dure. Guadalupe tendrá que experimentar varios momentos de angustia, tristeza y soledad, para encontrarse a sí misma y volver a salir a la luz. Tal vez ahora no este sola, tal vez haya alguien que la acompañe y sea su motor de vida. Aunque no siempre se puede dejar el pasado atrás, siempre y cuando haya buenos cimientos, las cosas solo se tambalearán, pero seguirán en pie. La vida te manda 3 amores; el que te enseña a querer, el que no era para ti y hubieras querido que sí y él que no esperabas que ocurriera, curando tus heridas y haciéndote feliz.
Leer más--- Actualmente --- Adrien recordaba la plática, pero no tenía mucho que pensar, era tendedora la oferta, sin embargo, él sabía lo que realmente quería y esa era su hija. Ya una vez había cometido el error de anteponer lo que dirían en la escuela, en su familia y la gente que lo rodeaba por la vida, a lado de alguien que podría darle algo de mayor valor. Esta vez, aunque no fuera muy certero, prefería quedarse con su hija y lo que viniera. Lejos de aquel drama familiar, el cual vendría a cambiar muchas cosas en la vida de Laura D’Angelo, la familia estaba llegando al café donde Massimo había quedado de verse con Pierre. Al llegar, el café era un lugar acogedor y les habían reservado una mesa discretamente acomodada. Laura llevaba un revoltijo de emociones, sabía que de esto vendría todo lo que en el futuro acontecería. - Vamos, hija, todo va a salir bien, ya verás. Massimo tomó la mano de su hija, pudo sentir el nerviosismo de esta y decidió apretar su mano para que ella sintiera
Adrien suspiró cuando vio alejarse de aquella mujer, poco después estaba llegando a su casa, el ama de llaves, al verlo llegar, lo ayudó a descender. - Señor… ¿Cómo está? Yo juraba que regresaría más tarde… ¡Nos tenía preocupados! - ¡Tranquila, Hilda! Solo fue un golpe, afortunadamente solo fueron algunos puntos en la cabeza y ya… - Dijo el joven mientras cruzaba la puerta de su casa. - Bien, señor, creo que no podrá irse a descansar tranquilamente. - Dijo la mujer mortificada. - ¿Por? - Preguntó Adrien con curiosidad y cansancio a la vez. - Hay alguien en casa… Tenemos visitas, señor… - Dijo el ama de llaves nerviosa. - ¿Quién? - Yo… Adrien Bianchi… - Dijo Giuseppe Giorgi, levantándose mientras se apoyaba de su bastón. - Señor… ¿Qué le trae por aquí? - Primero que nada, ¿Qué demonios fue lo que te ocurrió? Y quiero la verdad… - Dijo Giuseppe seriamente. - ¡Nada…! ¡Abuelo, aquí no pasó nada…! - ¿Cómo demonios te atreves a hablarme así, escuintla malcriada? – Dijo el abuelo f
Tal como si el destino quisiera que todo se moviera, la hora llegó. Laura, Luciano, en compañía de Massimo salieron de la casa. Los hijos menores los vieron salir, aunque no tomaron mucha importancia, ya que, últimamente, habían estado saliendo sin decir a dónde, por lo que ahora creyeron que sería igual. Laura estaba nerviosa, incluso más nerviosa que cuando fue a hablar con Adrien. Sabía que esta plática definiría muchas cosas, mostraría la verdad de la situación. Si bien, ella estaba segura de que su hermano elegiría a su familia sobre aquella dolorosa verdad, Paolo era un adolescente y cuando se está en esa etapa poco se sabe. - Laura… ¡Tranquila, hija! – Dijo Massimo viendo desde el retrovisor. - ¡Estoy tranquila, papá! – Dijo Laura evadiendo la mirada de su padre. - Lau, hermana, todo va a salir bien, solo trata de calmarte y escuchar. Laura suspiró y trató de pensar en otra cosa, el café desde casa se tardaría unos 40 minutos con el tráfico, lo que le dio tiempo de pens
Un día más pasó en la casa de los D’Angelo, la familia se reunía para desayunar, Diana correteaba por toda la casa, ya que se le hacía tarde para ir a trabajar. Massimo mal aconsejaba a su futura esposa para que no se preocupara tanto, pero era inevitable, Diana era demasiado respetuosa del tiempo de los demás y hoy tenía una junta a primera hora.- Ya me voy… Nos vemos por la tarde, corazón… - Dijo Diana, dándole un beso apresurado y tomando un poco de pan como desayuno.Massimo anticipando la pereza de su mujer, ya le había puesto en el auto café y un poco de pan francés. Diana, al subir a su auto, lo notó y sintió una extraña sensación de calidez. Desde su auto le dijo:- ¡Te amo!Massimo se despidió con la mano y sonrió, una vez hecho aquello, entró a la mansión, todos estaban en casa, reunidos en la mesa. El ruido abrumador de Maurizio y Paolo, junto a los gritos y balbuceos de Adele volvían locos a Magnus y Matteo, quienes preferían salir a tomar un poco de aire en el jardín, sim
Massimo, Diana y Adele llegaron a casa, la pequeña Adele llegó rendida, su día fuera de casa había sido largo y cansado, para Massimo pasar tiempo con su nieta, le llenaba el corazón y le calmaba la angustia de lo que se avecinaba.Laura escuchó a llegar a su padre e inmediatamente salió de su habitación para verlo.- ¿Papá? – Preguntó Laura al entrar a la habitación de Adele.- Mi niña, pensábamos que ya estaba dormida, así que no quisimos despertarte y mejor trajimos a Adele para su habitación.- No te preocupes, está bien, se puede quedar aquí, además ya está muy dormida para moverla nuevamente, solo me llevaré el monitor.- ¿Cómo te fue con el muchacho aquel?- Bien…- Laura…- ¿Qué sucede, papá?- Te conozco y sé que ese bien significa muchas cosas, solo quiero que sepas que, si decides perdonarlo y volver con él, no me enojaría, pero, aun así, quisiera hablar con él.- Papá, ¿Qué te hace pensar esas cosas? Yo no quiero, ni pienso volver con él, es solo que las cosas se salieron u
Luego de esa larga charla entre Laura y Magnus, el segundo fue al estudio de Massimo, buscó un número y luego llamó.- Giuseppe Giorgi… - Dijo Magnus al teléfono.- ¿Magnus? ¡Qué milagro! Es una asombrosa. ¿Llamada? - Dijo una voz ronca del otro lado de la línea.- Ojalá dijera lo mismo, pero no… Tengo un tema pendiente que me gustaría tratar contigo. - Dijo Magnus en un tono realmente serio.- Dime, Magnus. Soy todo oídos. - Dijo la voz un poco nervioso.- Nos vemos en 30 minutos en el paraje de siempre.- Bien, ahí te veo.Laura, luego de hablar con su abuelo, sintió que se había quitado un peso de encima. Ella nunca había tocado el tema del bullying que le hacían en la escuela. Había dicho pequeños fragmentos, pero por alguna extraña razón, Laura se abrió con Magnus y el hombre solo la escuchó y la hizo sentir comprendida.Laura entró al baño, se metió en la tina, aprovechando que Adele no estaba en casa, pasó al menos una hora metida ahí, hasta que el agua se sintió fría.Mientras
Laura llegó a casa, el tiempo en el auto le permitió calmarse, aunque no del todo, ella aún se asombraba de cada una de las palabras dichas. Si bien había investigado a Alice Giorgi, jamás creyó utilizar aquello para intimidar.Prácticamente, sí podría decir que, sin pensarlo, una parte de ella era como su madre. No quería admitirlo, ya que desde niña sí había notado algunos comportamientos rudos, pero prefería ser reservada antes de meterse en problemas, porque por ese entonces ella no tenía apoyo familiar.- ¿Laura, Laura, qué demonios has hecho? – Pensó ella en voz alta.- ¿En qué te metiste, niña? – Dijo Magnus al verla perdida en sus pensamientos.- ¡Abuelo! ¿Qué escuchaste? – Dijo Laura sorprendida.- Lo suficiente para saber que algo hiciste… - Dijo Magnus tomando de su trago.- Mmm… ¿Alguna vez has hecho o dicho algo que no sabes ni por qué? – Preguntó Laura tratando de encontrar respuesta a lo que dijo.- Supongo que sí, soy viejo, ya no recuerdo bien, pero creo que tengo una
Por segundos, Laura se paralizó cuando volteó y vio a quien venía gritando y maldiciéndoles; luego, reaccionó, esta vez no iba a permitir que ella viniera y le hiciera una escena.- ¡ADRIEN! ¿Así que es por esto que andas como idiota? – Decía en voz alta Alice Giorgi, ofuscada.- ¡Alice! – Dijo Adrien poniéndose frente a la mujer.- ¡Tú quítate de en medio! - Dijo mientras empujaba a su marido. - Esto es con ella… ¿Qué? ¿Acaso, tú, idiota, ahora quitas maridos? ¡Eres una zorra! Y tu imbécil, espera a ver lo que iré a hablar con tus padres… ¡Quítate! - Dijo volteando a ver a su esposo.- Alice, ¡Para! ¡Basta! Contrólate… - Decía Adrien a Alice mientras trataba de sostenerla.Laura, quien aún estaba en shock, recordando todas las malas jugadas que le hizo pasar en el colegio junto con Antonia, solo podía escuchar todas las maldiciones que la mujer le dirigía.- ¡Eres un completo idiota! ¡Infeliz! ¿Acaso crees que no sé qué tienes una maldita escuincla con ella? Solo te digo una cosa: a
Massimo abrazó a su hija, sonrió ante el hecho de ver cómo su hija de a pocos iba creciendo y mostrando la madurez de la que estaba hecha. Era increíble, ver y sentir cómo su hija, aquella niña que por mucho tiempo estuvo olvidada, se aferraba a su presencia y tenía claro quién era y lo que quería.- Papá, hoy voy a ir a ver a Adrien… - Dijo mientras volvía a dar un sorbo a su café.- ¿Por? – Dijo Massimo un tanto sorprendido.- ¿Cómo que por qué? Tengo que hablar con él antes de que conozca a mi hija, debo dejarle claros varios puntos, pero uno en particular, mi hija es una beba y no voy a permitir que su esposa venga a querer hacerla menos, si él quiere conocerla, deberá asegurarme una relación respetuosa.- Está bien… No sabía que el tipejo estuviese casado… - Dice Massimo con sorpresa.- Recién me enteré, no debe tener mucho, pero conozco a la mujer con quien se casó y no es una buena persona… - Dijo Laura con precaución.- ¿Cómo es que sabes de ella?- Ella me molestaba en la escu