Valeria tomaba su café mientras esperaba a todos para desayunar. La familia había decidido pasar unos días en Cancún.
Finalmente, Valeria había viajado por varios lugares donde dejó un poco de su abuelo. Ella había hecho una larga lista de sitios, Marco, su fiel compañero de aventuras, junto con sus hijos, la habían acompañado.
En algunas ocasiones incluso Paloma, Aldo e Isabella también lo hicieron.
La mujer estaba perdida en los recuerdos, ya habían pasado 25 años desde que un día que parecía normal se convirtió en una travesía de años. Habían pasado tantos años desde que su vida cambió de un momento a otro.
Su vida, debía reconocer, no había sido mala, sí, tuvo sus momentos, si sufrió pérdidas, la mayor fue la de Pietro y eso no podía negarlo.
Pietro siempre sería el amor con quien creyó que pasaría la vida y con quien, aunque todo pintó bien, nunca se quedarían juntos. Aunque él no hubiera muerto físicamente, era claro que para ella y su vida, murió el día que murió, así de simp