29. Hermana
Indra.
Note las manos nerviosas de Victoria cuando no dejo de juguetear con su cadena de oro.
Mi soso vestido blanco le quedaba sumamente ajustado y demasiado sexy gracias a todas las curvas que al contrario de Victoria, yo nunca tendría.
Sus tenis neón hacían un extraño contraste con su inesperado atuendo. Pero después de todo, fue lo único que encontré en mi closet.
Dante me había devuelto la pequeña bolsa de Victoria después de realizar que efectivamente, Victoria no portaba ningún explosivo, arma o micrófono implantado.
Sin embargo entre la gran cantidad de dinero en efectivo y lipsticks, no había ropa para la heredera de una gran y oscura fortuna.
Suspire lo más despacio que pude mientras nuestra camioneta avanzaba entre las estrechas calles de la ciudad.
Sabía que la camioneta delante mío, tenía a la entera familia Salazar y a los bebés. Para mí, los gemelos necesitaban sentirse seguros siempre.
Y el extraño ambiente en mi camioneta con mamá y Victoria no era precisamente