18. Míos
Indra.
Mis ojos se llenaron de lágrimas cuando miré el cuarto de hospital a través del cristal, desde el desolado pasillo.
La silla de ruedas en la que Dasha me llevaba no me permitió entrar al área de cuidados intensivos, donde mis dos... bebés estaban curándose. Llevaba más de una semana durmiendo en este hospital, sanando lentamente. Todavía sentía el dolor de la cesárea, ahí, clavado dentro de mí como un constante recuerdo.
Y aun así, con todo lo que había pasado en mi corta vida, no pude evitar sonreír. Una sonrisa enorme me cruzó el rostro mientras las lágrimas bajaban por mi cuerpo.
Fausto y yo habíamos hecho esto.
A pesar de todo lo que había dicho, ahora tenía dos hijos. Una pareja de gemelos. Frutos del amor de mi vida.
Dasha me tocó la espalda, dándome un poco de consuelo en medio de este huracán de emociones nuevas. —Se están recuperando bien —susurró no queriendo romper la paz, y yo le asentí.
No quise hablar. No podía. Mi mente estaba exhausta.
Una niña... En mi pecho