10. Todos tenemos un pasado
Indra.
—Si es niño... ¿Cómo le pondrías? —me preguntó Sofía, abriendo mucho los ojos mientras Dasha pasaba la máquina del ultrasonido por mi vientre.
—La verdad... no lo sé —le respondí, tímida en un suspiro.
Mis días se habían convertido en esto: una especie de vacaciones obligatorias frente al mar. Cabe recalcar, muy tranquilas.
Luka venía e iba por ratos. Incluso tuve la oportunidad de hablar brevemente con Johanna Jagger, la pareja de Dasha (casi me desmayo, pero intenté disimular el asombro, que Johanna atribuyó a miedo contenido hacia ella).
Gracias al cielo, no había vuelto a ver a Dante Salazar desde su cumpleaños.
Sofía lo visitaba a veces en el gran barco.
El resto del tiempo —o, mejor dicho, la mayoría— se la pasaba de viaje, siempre en compañía de un hombre de rizos negros y actitud extravagante que se hacía el sordo cuando Sofía comenzaba a pelear con Dante por cualquier cosa.
Aunque Sofia Salazar me ofreció un teléfono a escondidas de su hermano, se lo negué. No iba a