Capítulo 69: Curando al enemigo.
—No soy enfermera, soy doctora —corrigió Mary con firmeza, mientras comenzaba a curarlo. Carlos se quejaba como un niño pequeño.
—Te amo y tú lo sabes. Eres la única mujer en el mundo que he amado —dijo, mirándola con intensidad.
—Quiero que estés quieto, así puedo hacer bien mi trabajo —respondió ella con tono profesional.
—Mary, voy a lograr que me quieras, y esta vez lo haré por las buenas —insistió Carlos, sin dejar de quejarse por el ardor de las curaciones. Sabía que ella lo estaba tratando con más fuerza de la necesaria.
—Ya está, solo fue un rasguño —dijo Mary, quitándose los guantes—. ¿Puede conducir?
—Sí, sí puedo —contestó él, levantándose con esfuerzo—. No andes sola. Este lugar se ha vuelto peligroso para mujeres hermosas como tú.
—Este siempre ha sido un lugar peligroso… para cualquiera —replicó Mary sin emoción.
Carlos subió a su auto y se marchó. Desde la puerta principal, Mary lo observó desaparecer. Se sentía aliviada. Aquel pánico que antes le provocaba ese hombre,