Capítulo 37: Un gran problema.
- Creo que deberíamos ir a dormir -dijo Juliana.
- Sí, es mejor -contestó Isabel.
- ¿Por qué no me brindaste a mí? Yo también tengo mucha hambre, Isabel -las dos lo miraron sorprendidas.
- Ya se lo preparo -dijo ella muy diligente. Michael siguió observando a Isabel; no le importaba lo que su hermana pudiera pensar de él. Toda ella era una tentación; el pijama era muy corto, ajustado y seductor, haciendo que Michael no pudiera apartar la mirada de su armonioso cuerpo.
Juliana observaba la situación y no le agradaba para nada. Su hermano no podía estar con ella; era una niña y, además, muy inocente. En cambio, él era un mujeriego que hacía lo que quería y cuando quería.
Pronto Isabel trajo dos sándwiches y se los ofreció a Michael. Este les dio poca importancia; solo se limitaba a observarla a ella sin ningún pudor. Isabel se sintió desnuda y experimentó un poco de temor por cómo él continuaba mirándola; así era como la miraba su tío John cuando estaba frente a ella. Se fue hasta su ha