—¡Juliana! ¿Dónde has estado? —La voz de Michael la tomó por sorpresa.
Ella giró lentamente y lo vio caminar hacia ella.
—Hola, Michael —respondió nerviosa.
—¿Dónde has estado, Juliana? Papá y mamá me han preguntado por ti, y no supe qué decirles.
—Yo estaba… trabajando —dijo Juliana, desviando la mirada hacia Isabel—. Michael, te presento a Isabel.
Michael la miró de arriba abajo, sin demasiado entusiasmo.
—Mucho gusto —dijo en tono seco—. ¿Es tu hijo?
Isabel abrió los ojos con sorpresa y miró a Juliana en busca de una respuesta.
—Sí, es su hijo —respondió Juliana rápidamente, antes de que Isabel pudiera reaccionar.
Michael la miró con desprecio.
—Papá y mamá se fueron de vacaciones, regresarán en unos días. Estoy ocupado ahora, pero quiero saber dónde puedo encontrarte. Me preocupas.
—Estoy en casa de los Martin. Aquí tienes mi número —dijo, entregándole un papel con su teléfono—. Nos vemos, Michael.
Él la besó en la frente antes de despedirse.
De camino a casa, Isabel no pudo conte