21. Sostenme con tu corazón
Indra.
—Es muy hermoso ¿Verdad?— el timbre suave en la voz de Fausto de Villanueva me pareció una ilusión.
—Este es el lugar más bello que he comprado y sobre todo tiene la arquitectura perfecta para una seguridad inquebrantable — sobre todas las cosas el tono de Fausto fue soberbio y poderoso.
Como si esto fuera una plática normal de cualquier día.
Voltee la vista sin descaro hacia los camastros y no debí de haberme sentido traicionada cuando ni siquiera "El perro" estuvo a la vista. Pero lo hice.
Todos pertenecían a Fausto. Incluida yo.
—¿Quieres que le hable a alguien amor?— Fausto continuó como si nada y yo le regrese la mirada dolida y con el ligero nudo en la garganta.
—¿Cuando voy a regresar a mi casa?— grazne sentida.
Ni siquiera yo me entendía. Parte de mi se moría por verlo y abrazarlo de nuevo, otra lo odiaba de mil maneras posibles, quería sentarlo e interrogarlo acerca de todo.
Pero al mismo tiempo que tenía a Fausto aquí, quería que se alejara para siempre de mi