La noticia explotó en los titulares como una granada silenciosa:
> "Se filtra red de corrupción entre empresarios, militares y mafias internacionales."
> "Existen pruebas que vinculan a figuras del poder con tráfico de armas y lavado de dinero."
> "Documentos secretos revelan una red oculta de protección política desde hace 20 años."
Valentina no durmió esa noche.
Sebastián y Tomás tampoco.
Eva, desde la sombra, había preparado el envío de los primeros archivos con precisión quirúrgica.
—Sin nombres grandes aún —había dicho Sebastián—. Solo lo suficiente para que los medios no puedan ignorarlo.
El golpe fue brutal.
Videos de reuniones clandestinas, listas de pagos, grabaciones de llamadas con voces modificadas, pero reconocibles para quienes sabían.
Algunos rostros difuminados.
Algunos nombres tachados.
Pero suficientes para que el país entendiera que algo monstruoso estaba por debajo del barniz del poder.
En los noticieros, periodistas con ojos abiertos como platos hablaban de una re