Mundo ficciónIniciar sesiónEl taxi se detuvo frente al edificio donde Marisol había decidido alquilar un departamento, había regresado para instalarse en Milán un buen tiempo. Llevaba maletas, cajas y un aire de determinación en el rostro. Caroline, que había insistido en acompañarla, la miraba con curiosidad.
- “¿Segura de que quieres quedarte tanto tiempo?”, preguntó Caroline, sonriendo mientras ayudaba con una caja ligera. - “Más que segura”, contestó Marisol, con esa chispa que nunca perdía. “Milán tiene algo, no sé, me atrapó. Además, tú me necesitas cerca. Y yo también necesito un cambio”. Caroline suspiró, agradecida. - “No sabes cuánto significa para mí tenerte aquí”, dijo Caroline. La mudanza fue un pequeño caos, con cajas amontonadas y risas entre las dos amigas. Pero la verdadera sorpresa llegó cuando Francesco apareció, bajo el pretexto de ayudar con los trámites del al






