Cap. 99. Tú eres mi hogar, Caroline
Las mañanas de la villa eran distintas desde que Caroline había decidido arriesgarse en algo propio. Entre aromas de vainilla y chocolate, los hornos de su pequeño taller de repostería artesanal no solo cocinaban postres, sino también sueños.
- “¿Segura que no es demasiado trabajo?”, preguntó Mariano, entrando al local aún en remodelación, con Rocío abrazada a su cuello y los ojos muy abiertos, como descubriendo un nuevo mundo.
Caroline levantó la vista de unas recetas que estaba probando. Tenía las manos manchadas de harina y el cabello recogido en un moño desordenado, pero un brillo espectacular en el rostro, que tenía la capacidad de hacerla ver imponente.
- “Nunca estuve tan segura en mi vida”, respondió ella con una sonrisa tímida, pero firme.
Rocío aplaudió desde los brazos de su padre.
- “¡Mami hace tortas!”, gritó Rocío, arrancando una carcajada de los dos.
Caroline se acercó y besó la frente de su hija, mirándola como si fuera la razón de todo. Después alzó los ojos hac