Cap. 16. Casi un beso
Casi al anochecer, Caroline terminó su turno en la cafetería, cuando salió vio a Mariano en la plaza, con la misma mirada transparente y tranquila de siempre.
- "¿Estás lista?", preguntó Mariano, inclinando un poquito la cabeza hacia ella.
- "No sé si lista, pero aquí estoy", respondió Caroline.
Mariano sonrió y la guió hasta un espacio abierto detrás de la cafetería, donde el terreno era plano y tranquilo. La luz anaranjada de los faroles apenas alcanzaba el lugar, envolviéndolos en una penumbra íntima.
- "Lo primero", dijo él, colocándose frente a ella, "es aprender a sostenerte a ti misma. Postura firme, pies separados. Así...", se colocó de manera sólida y esperó a que ella lo imitara.
Caroline intentó copiarlo, aunque torpemente. Él negó con suavidad y se acercó un poco más. Con una mano rozó apenas su brazo para corregirlo, con la otra presionó levemente su hombro para darle equilibrio. El contacto, aunque mínimo, la hizo contener el aliento.
- "No es cuestión de fue