Pensativo, Heitor recordaba toda la historia que Ravi le había contado sobre la chica de la que estaba enamorado y de todo lo que ella había perdido por culpa de aquel hombre cruel. También reflexionaba sobre el peligro que Ravi había mencionado, advirtiendo que todos podían estar en riesgo por causa de ese mismo hombre. Viktor, el nombre que resonaba como una sombra amenazadora, parecía estar siempre un paso adelante, dispuesto a destruir todo lo que Ravi amaba.
Heitor protegería a su familia incluso con su propia vida, si fuera necesario. Jamás permitiría que alguien les hiciera daño. La imagen de Natália y de sus hijos, Leonardo y Enzo el pequeño de tres meses, venía a su mente, fortaleciendo su determinación. Sabía que debía actuar rápido y con precisión.
Esa misma noche, en cuanto terminó de colgar el teléfono, le contó a Natália todo lo que Ravi le había dicho, sin omitir nada. A pesar de que Natália se asustó al principio, Heitor la tranquilizó con un abrazo firme y palabras